Emisor submarino: ahora faltan Sedachimbote y Siderperú


La Asociación de Productores de Harina de Pescado, Aceite y Conservas de la Bahía El Ferrol, junto a la viceministra de Pesquería, María Isabel Talledo, dieron a conocer, el último martes, una de las noticias más importantes que haya tenido lugar en la ciudad y que hemos celebrado todos aquellos que esperamos ver en mejores condiciones a la provincia en que vivimos.

Y es que empezar a recuperar la bahía de Chimbote mediante el tratamiento de los residuos que genera la industria pesquera, y la emisión mar afuera de esas aguas ya tratadas, era un clamor generalizado que debía ser atendido ya.

Las quejas, foros y debates públicos al respecto, así lo indicaban, y es preciso felicitar que se invierta en el medioambiente tal como se hará desde ahora.

Pero es cierto: esto no resuelve todo el problema de la contaminación de nuestro mar (hace falta, además, aplicar una política ambiental seria en la localidad), pero es un paso importante, y no sólo porque en un aproximado de 47 meses cada planta tendrá por fin sus estaciones de tratamiento de aguas residuales, sino también porque es una muestra clara de que el empresariado, al que tanto se le reclama más responsabilidad, en coordinación con las entidades del Estado, pueden concatenar perfectamente sus esfuerzos para responder a la expectativa de la población y a su deseo de que no se afecte más el ecosistema.

Queda ahora a los ciudadanos y los medios de comunicación, seguir de cerca este proceso, fiscalizarlo, y pedir que otros sectores, que otras empresas que contaminan igual o más que las fábricas, imiten este ejemplo y no esperen que pasen más años para recién reaccionar, o lo que es peor: esperar a que los efectos dañinos de nuestra irresponsabilidad sean irreversibles.

Sedachimbote, empresa cuyo destino se decide en la Municipalidad Provincial del Santa; y Siderperú, a cargo de la firma brasileña Gerdau, debieran ser los siguientes en hacer anuncios similares y responder así al pedido expreso de toda una ciudad.
Porque para nadie es un secreto que la empresa paramunicipal de servicio de agua y alcantarillado, sigue echando al mar los residuos de la ciudad sin tratarlos.
Las quejas y denuncias sobre este problema ya han salido a luz pública, así como los reclamos reiterados a la empresa del acero para que no siga echando al mar todos sus elementos contaminantes, mucho más nocivos por tratarse de metales pesados y cuyos efectos malignos en la vida marina son mucho más difíciles de contrarrestar.
Para lograr esto debemos recurrir al esfuerzo de todos: periodistas, ambientalistas, especialistas en vida marina y ciudadanos y ciudadanas que no pierdan de vista este asunto, pues no hay peor actitud que no hacer nada.

Asimismo, debemos exigir que las autoridades se preocupen más por asuntos tan vitales como este y no sólo se dediquen a las obras de fierro y cemento.

El mar del que hemos vivido siempre, no merece ser convertido en una cloaca.

Mercado La Perla: una propuesta de solución

El verdadero, quizá el único, valor que tiene emprender la tarea titánica de una campaña electoral, es poder establecer contacto directo con la gente.

Nada en la contienda se compara a esa amable espontaneidad que las personas tienen para acercarse a expresar sus demandas (algunas tan difíciles, otras tan fácilmente atendibles), para compartir sus preocupaciones o la sencilla manera en que proponen soluciones simples a problemas complejos.

La sapiencia popular, sin duda, está en la calle y quien hace de la comunicación una forma de gobierno tendrá siempre a mano soluciones que sean el justo medio.

Sobre el problema del Mercado La Perla, día a día escucho con mayor insistencia que debe ser visto por la persona que resulte ganadora tras los comicios municipales de octubre; es decir, por el próximo alcalde o alcaldesa municipal.

Nada sería más sensato.

Y es que, como es obvio, en lo que resta de tiempo para llegar al día de las elecciones ediles y regionales, todos los candidatos a la Municipalidad Provincial del Santa, e incluso al Gobierno Regional, querrán subirse al coche de los comerciantes.

Es más: de a pocos, uno a uno han empezado ya a acomodar sus lugares, mientras el clima electorero va calentando conforme pasan las semanas.

Que la autoridad competente, en este caso la alcaldesa del Santa, exprese públicamente que este peliagudo asunto deberá ser analizado y resuelto por quien tome la posta, sería encomiable: un gesto de madurez política y una forma de evitar el aprovechamiento político del referido problema.

Asimismo, significaría un alivio para las más de 3.000 familias que tienen un sustento gracias al expendio de productos en el centro de abastos y que, por lo demás, van a aprovechar todo el apoyo que les ofrezcan pero no necesariamente a votar por un solo candidato, pues no se trata de borregos.

¿Y dónde está el parque?

De otro lado, creo modestamente que la ciudadanía debería aprovechar que este tema “preocupa” tanto a nuestros políticos para exigirles un compromiso expreso (y si es posible, firmado) para que hagan realidad de una buena vez eso que todos llamamos Parque Metropolitano pero que hoy por hoy es sólo una extensión de tierra sin atractivo.

Debería aprovecharse también para que cada uno de los aspirantes al sillón edil se enteren de primera mano, todos los pormenores del lío legal que tiene en vilo a nuestros hermanos comerciantes, a las amas de casa y a las autoridades.

¿Cuántos han tenido acceso a la sentencia emitida por el Tribunal Constitucional de la que tanto se habla?, ¿conocen la ordenanza que da inicio a la batalla legal por la inconstitucionalidad de lo dispuesto, en su momento, por la comuna local?, ¿qué opina el equipo técnico y/o los abogados de cada aspirante a la Alcaldía?, ¿qué proponen como salida legal?, ¿qué piensan hacer con ese espacio en un eventual gobierno?

¿Debemos respetar o no el derecho a trabajar que tienen todas estas personas?, ¿es justo decirles no a ellos que son peruanos, mientras frente a sus puestos se alzan las tiendas del gran capital extranjero que acabará sepultando a nuestros comerciantes si no los apoyamos?

Esas preguntas, creo, son más interesantes de responder que las referidas a cuándo van a demoler los puestos, qué irá a decir o hacer ahora la alcaldesa, cómo irrumpirá ahora la Policía o qué candidato se meterá al bolsillo esos votos.

¿Y los demás mercados?

Finalmente, los ciudadanos medianamente informados e interesados en el mejoramiento del sector comercio deberían exigir que tanto como en el caso de La Perla, las autoridades fijen la mirada en las condiciones de seguridad de los demás mercados de la ciudad y la provincia.

¿Cumplen con las mínimas medidas de seguridad?, ¿han adoptado las recomendaciones dadas en anteriores inspecciones?, ¿qué hay del proceso de privatización de todos ellos?

Más respuesta y propuestas es lo que necesitamos. O como escuché decir, jocosa y sabiamente, también en la calle: “No más análisis de la problemática, enfoquémonos en la ‘solucionática’”.

Promover la inversión: caso Savia Perú


La polémica generada en torno a la prospección sísmica que Savia Perú realiza en las costas de Chimbote ha dejado en evidencia, una vez más, que el escándalo, la difusión de información inexacta y la búsqueda de confrontación sigue siendo el modus operandi de quienes se oponen al desarrollo y no tienen más argumentos que esos.

La verdad, sin embargo, es una sola: los estudios que se realizan sobre la base de que posiblemente hay petróleo cerca de nuestra ciudad, no afectarán ni a los pescadores artesanales ni a los industriales.

Es más: ninguna prospección sísmica realizada en el mundo ha producido los daños que los alarmistas quieren hacer creer a todos.

En la costa noroeste de México se han realizado desde hace mucho este tipo de estudios y no han perjudicado a la biomasa ni nada parecido.

Asimismo, en la costa noroeste de Sudamérica (es decir, Talara) se han realizado trabajos similares desde finales de la década de 1960.

Personalmente, por la naturaleza de mi trabajo, fui testigo del proceso ocurrido en 1979 en esa zona del país.

Hoy, los hombres de mar talareños siguen realizando sus faenas habituales.

Por esta experiencia directa, tan parecida a la que se realiza ahora, puedo decir que los miedos y temores son infundados. Y más si tomamos en cuenta que los estudios se hacen 17.5 millas mar afuera (la pesca artesanal se desarrolla sólo hasta las 5 millas) y que hay químicos, geólogos y toda clase de especialistas verificando que el trabajo sea óptimo y muy profesional.

Más aún, existen procedimientos estandarizados y supervisados al milímetro que permiten garantizar la mínima afectación a la vida marina.

Además de eso, mientras se realizan los estudios, se está dando trabajo directo e indirecto a nuestros profesionales. Y habrá más empleo aún si es que Dios nos da la bendición de tener un recurso tan apreciado en casa.

Debe tomarse en cuenta también que no se ha presentado hasta hoy un estudio que diga claramente y con evidencia científica que el estudio de prospección afectará negativamente la actividad económica que sigue moviendo a nuestra localidad.

Insisto: no hay un solo documento o estudio que dé sustento a los temores propalados alevosamente en la población.

Sería recomendable, más bien, que Savia Perú y el Ministerio de Energía y Minas difundan el Estudio de Impacto Ambiental y los demás análisis realizados antes de iniciar esta etapa.

Así también, sería recomendable que los ecologistas, y todo aquel que se opone a esta millonaria inversión, no se olviden de combatir, sólo por citar un ejemplo, la descarga de metales pesados en nuestro mar. ¿Qué acaso eso no es lo que hace Siderperú desde hace décadas?, ¿eso no contamina?, ¿eso no mata más rápido a la biomasa y a nuestra propia gente?

En las redes sociales, en las que participo activamente, ya se difunden vídeos de derrames de petróleo y se habla de la muerte de nuestro preciado mar.

Eso deja sólo a la luz que hay un despropósito en este asunto y un siniestro aprovechamiento del que desconoce los detalles y procedimientos de una prospección que deberíamos saludar y fiscalizar de otra forma.

Chinecas: el proyecto más caro del mundo

El entonces candidato aparecía con el puño en alto y las fauces abiertas.
“¡Chinecas ahora o nunca, carajo!”, gritaba el mensaje en el cartel amarillo que se lucía en una de las principales avenidas de la ciudad.
Era imposible no esbozar una sonrisa, cuando no una carcajada, al verlo.
No obstante, ganó las elecciones, pero el candidato convertido en autoridad no pudo cumplir con su ofrecimiento.
El rostro fiero se convirtió entonces en uno más compasivo para explicar, con cierta pena y resentimiento, que no se pudo ni se puede hacer nada por falta de voluntad del Gobierno Central, por la “mala fe” de una ministra.
Nada más lejos de la verdad. La voluntad ha sido grande y las muestras de ello se han hecho ver a todo nivel.
Ahí está, por citar sólo un botón de muestra, la creación de la Ley Nº 29446, que declaró de interés nacional al proyecto irrigador de las tierras de este lado del departamento de Ancash y que exime a la administración regional de ejecutar los estudios de pre factibilidad y factibilidad.
En contraparte, ni siquiera se nos quiso informar qué contiene el perfil técnico elaborado por la empresa Servicios de Ingeniería S.A. (SISA). Hoy, de muy buena fuente, sabemos por qué.
El documento presentado por el Gobierno Regional de Ancash ha considerado que hacer realidad, “ahora o nunca”, nuestro proyecto agroindustrial estrella cuesta la friolera de ¡¡¡1,900 millones de nuevos soles!!!
¿Es poco, es mucho? Para tener una idea: el proyecto arequipeño Majes, con sus 40 mil hectáreas de terreno, le costó al Estado un total de 500 millones de nuevos soles. Para Chavimochic, se destinaron 900 millones de nuevos soles para un total de 60 mil hectáreas.
Para Chinecas, en tanto, se pide la suma ya citada para apenas 17 mil hectáreas y un poco más.
Es decir: estamos ante el proyecto agroindustrial más caro del mundo, en el que cada hectárea nos costará a los ancashinos más de 100 mil nuevos soles mientras que a los hermanos arequipeños les significó una inversión de sólo S/. 12,500, y a los trujillanos S/. 15 mil. Así de exagerada es la brecha.
¿A eso se refiere nuestro representante regional y sus “técnicos” cuando dicen que no hay interés del Ejecutivo por hacer realidad Chinecas?, ¿era esa exorbitante y desmesurada suma la que no querían dar a conocer?, ¿qué acaso esto no demuestra, más bien, la incapacidad de esta gestión?
Esbozar el argumento de que no se puede hacer nada porque otros no lo permiten, no sólo es muestra de incapacidad sino también de que se miente a la población y de que se la quiere poner en contra de un Gobierno Central que ha buscado sólo ayudar.
Mientras unos se dedican a atacar con pintas en las paredes, a decir que vencen a ministros porque se acercan a dialogar y hallan una solución conjunta; mientras se esfuerzan por escondernos información pública o lanzan palabras soeces para querer demostrar ímpetu, otros esperamos que la población despierte de su letargo y sepa quién es quién en esta historia.
(Publicado por el diario Correo - Chimbote)

Las obras que necesitamos


Ya no hace falta saber de una queja más. Tampoco toparse con una nueva noticia al respecto en los diarios, la televisión o la radio: el gran pasivo de la actual administración de la Municipalidad Provincial del Santa es, y será siempre, lo mal que fueron pensadas y ejecutadas sino todas, la mayoría de sus obras de infraestructura.

Es, lastimosamente, el resultado de una gestión improvisada, nacida del hecho de habernos quedado, otra vez, sin un alcalde que ya antes abandonó el sillón edil por intereses non sanctos. El mismo alcalde que, se suponía, iba a resolver los problemas de la ciudad; que traía muy buenos recuerdos a muchas personas atrapadas en el pasado, pero que deja ahora un triste saldo para la historia y en su lugar a una persona que no estuvo nunca preparada para tamaña responsabilidad.

Y si vemos más allá, nos daremos cuenta de que el “equipo de trabajo” que se formó para dirigir los destinos de nuestra tierra, tampoco ayudó de mucho a la inquilina casual del Palacio Municipal.

No obstante, ya no cabe sólo la queja ante esta realidad. Necesitamos hacer un cambio y, además, dar a la población las obras que en verdad demanda; aquellas no se construyen necesariamente con fierro y cemento.

Hablamos, por ejemplo, de ordenar el caótico tránsito de la ciudad y dar reglas de juego claras a los transportistas locales para que desarrollen su trabajo.

Hablamos de replantear nuestro Plan Director para organizarnos mejor ante el incontenible crecimiento demográfico que genera nuevos asentamientos humanos y pueblos jóvenes con más necesidades que cubrir.

Hablamos de dar acceso a los ciudadanos a información que hasta ahora no conocemos con claridad; esto es, cómo se están invirtiendo nuestros dineros, o los que provienen del canon minero.

Hablamos de realizar sesiones de concejo descentralizadas y rotativas, de manera que la máxima autoridad municipal y sus regidores escuchen, vean y sientan las preocupaciones y urgencias de nuestros pueblos en el propio lugar de los hechos, y no se encasillen en sus personalísimas prioridades: descentralizadas para llegar a la mayor cantidad de pueblos; y rotativas para volver a ellos a ver cómo se avanza y qué se necesita para mejorar aún más.

Hablamos de que los regidores dejen de pasearse por todas las comisiones de trabajo que se forman en sesión de concejo y se dediquen a fiscalizar y proponer soluciones cada uno en un área específica (salud, educación, comercialización, etc.) durante todo el periodo de gobierno y rindan cuentas año tras año.

Hablamos de trabajar las obras de infraestructura con empresas chimbotanas y realmente preparadas para esa labor.

Hablamos de respetar el Presupuesto Participativo; de hacer respetar la salud de los chimbotanos afectados -durante décadas- por los humos contaminantes de las harineras.

Hablamos de dar un impulso real y efectivo a nuestras actividades turísticas, creando -por ejemplo- una Agencia Municipal de Turismo que trabaje en este sector y se organice con las provincias vecinas para dar una propuesta conjunta y más interesante a quienes visitan esta parte de Ancash.

Hablamos de capacitar a nuestros pequeños y medianos empresarios; de capacitar al personal del municipio para que den un mejor servicio a la comunidad; de hacer prevalecer la meritocracia.

Hablamos también de solucionar el problema de los mercados de la ciudad; esos tan inseguros, esos que esperan la oportunidad para ser privatizados.

Hablamos de trabajar organizadamente -y durante todo el periodo- con las demás autoridades de la localidad para garantizar una mayor seguridad ciudadana a nuestros vecinos.

Hablamos de tanto por hacer, que muchos aguardamos con gran esperanza que este octubre sirva para que la ciudadanía le dé un rumbo real a la ciudad, un rumbo que permita por fin hacer de este Chimbote un Chimbote con futuro.


(Publicado en el diario La Industria de Chimbote)

Se busca regidores

Ahora que se habla tanto de sondeos y encuestas sobre quienes pretendemos asumir algún cargo público tras los comicios de octubre, sería interesante que alguien también se preocupara de preguntarle al ciudadano de a pie sobre el desempeño de sus actuales autoridades y presentar los resultados con el mismo entusiasmo con el que se anuncian los de preferencia electoral.

En particular, me genera una gran inquietud saber qué opinan los vecinos sobre los regidores que nos representan en el pleno municipal y que toman decisiones por nosotros; esos que también hemos elegido con nuestro voto y de los que poco o nada se dice.

¿Cuáles considera usted que son los principales aportes de sus regidores?, ¿cómo cree usted que han ayudado a los sectores salud, educación, transporte o comercialización?, ¿qué acción fiscalizadora en particular le parece que ha caracterizado a los integrantes del concejo?

Las respuestas podrían ser reveladoras, por decir lo menos, aunque hay quienes han sugerido de antemano que un porcentaje importante de encuestados no podría recordar siquiera el nombre de tres regidores: esa es la triste realidad.

Y no se trata de falta de recursos para que se difundan mejor sus logros, se trata de un problema que tiene que ver más con la concepción misma del trabajo de los fiscalizadores municipales.

Y es que todos ellos desfilan por todas las comisiones que se forman en sesión de concejo y, al final, no dan resultados en ninguna. Es la ley del que todo lo abarca a pesar de que es poco lo que puede apretar.

Que cada regidor se haga responsable de un sector en particular durante todo el periodo y dé cuenta de su trabajo al final de cada año sería, a nuestro modesto criterio, más relevante, pues permitirá concentrar la atención del servidor en un área determinada, lo que significa más y mejor fiscalización y mejores propuestas de solución a problemas específicos de la ciudad.

Que los regidores puedan variar de sector a medio periodo para que no se sientan “encasillados” es debatible, pero está más que claro que hace falta distribuir responsabilidades de una forma más razonable y compartir el poder de una manera inteligente.

Mientras unos se apresuran por concentrar todo el poder en sus manos y se desesperan por controlarlo todo al milímetro, creemos más importante convocar incluso a los regidores de oposición para que sean ellos los que asuman las comisiones que consideren más urgentes de atender.

Hoy que se discute tanto sobre la importancia de la participación ciudadana, de la participación en general, hace falta que empecemos a predicar con el ejemplo. Esa es nuestra bandera y será nuestra forma de trabajo.

Quien estime tener una mejor propuesta para optimizar el trabajo de nuestros regidores, bienvenido sea. Nada más propicio para iniciar el debate y así informar mejor a nuestros vecinos.

En tanto, hay que preocuparnos de que estas autoridades, también elegidas con nuestro voto, no se la lleven tan fácil y que empiecen a rendir cuentas.

(Publicado en el diario Correo - Chimbote)